lunes, 1 de noviembre de 2010

jueves, 15 de julio de 2010

¿Mi año?, que falsedad

Antes de entrar a la u, derrochaba motivación, me propuse cambiar mi situación, dar vuelta las cosas, mejorar, sería todo estudio, y lo más importante, iba a demostrarle al mundo lo capaz que yo era.

Digamos que este año, he pasado por las más diversas emociones, pasando por el miedo, el pánico, la tristeza, la angustia, la alegría, la paz, la tranquilidad, las ganas, y ahora, la angustia del panorama que se me presenta.

Digamos que mi vida sufrió un vuelco, después del terremoto, cuando pensaba que si estoy viva debe ser por algo, no por nada estoy aquí, y que este año, todo iba a ser diferente.

Iba a dedicarme a mi vida, es decir, mis estudios, que para mí, son lo más importante, no tengo nada más que a mí misma, porque sé que lo demás, lo voy a perder, por lo que decidí aplicarme.

Luego de recibir la causal de eliminación como maravilloso regalo, decidí que era tiempo de renunciar a las muchas cosas que hacía antes, y dedicarme mil porciento a la u, así que me apliqué.

Empezó mi buena racha, mis ganas, y mi entusiasmo, sumado a que ahora, estoy con alguien, alguien que es un poco frío quizás, pero que aún así, está a mi lado, me da confianza, y ganas de seguir adelante, alguien que entiende mis trancas del pasado, y no se queja por ello.

A veces me asusta su manera de ser, ya que es más grande que yo, por tanto, más experimentado, más práctico, quizás, a diferencia de mi, que soy más emocional, sumado a mi miedo de que el pasado se vuelva a repetir, y es porque en mi vida, el pasado vuelve y vuelve, siempre está ahí, atormentándome, haciéndome sentir que sigue tan presente.

Ayer, más aún, conocí a un niño, muy lindo y simpático, gringo, por lo que yo me quedé como tonta mirándolo, escuchándolo, me pareció tan interesante, no lo sé, pero me llamó profundamente la atención, y más aún, es estudiante de intercambio de la universidad, de la que ahora, me voy a ir, porque nadie va a salvarme de mi destino, todo está perdido, y ya no hay posibilidad de escaparme.

En fin…como decía, todo estaba bien, en equilibrio, me traté de dar confianza, pero la confianza se me cayó al suelo hoydía.

Tenía la pequeña esperanza de que las cosas estaban bien, todo iba marchando excelente, pero claro, que tonta, una vez más, el castillo de naipes se derrumbó ante mí, y quedé, nuevamente desprotegida.

Los dos ramos que no debía echarme, me los eché, y ambos, lo peor, ahora sí que adiós letras, y que tengo que pensar donde quiero ir, y que voy a hacer, nuevos planes, un nuevo lugar, algo que hacer, porque no puedo simplemente pensar, pucha, que lata, es más que eso, es el bien estar de mi familia, es el avanzar, el hecho de que tengo que hacer algo con mi vida, que por muy lindo que sea el amor, no me va a mantener en pie.

Lo malo es, que después de esto, ya no tengo ganas de luchar, que siento que quiero morir, de la manera que sea, y finalmente, descansar, irme lejos, y no enfrentarme a esto, que alguien más lo haga por mí.

La decisión está tomada, y es lo único que sé por ahora, que estaré este segundo semestre, y que caeré en causal, otra vez, pero si vuelvo a caer, he decidido que no quiero seguir, que voy a irme, que no tiene sentido luchar por una causa perdida, que perdí el juego, y que no soy capaz, que nunca lo he sido, y que jamás lo seré.

Fue un lindo sueño, supongo, estar en la u, estudiar lo que me gustaba, tener amigos increíbles, pero ya es hora de entender, que en mi vida, nada va a ser perfecto, que cuando yo menos me lo espere, algo me va a dar con fuerza, y me va a hacer caer.

Quizás, esta era el agua tormentosa, los problemas que se avecinan, tengo que tener fuerza, pero el problema, es que yo ya no tengo fuerzas para continuar, porque se murió lo único firme que tenía, porque ahora ya no hay nada que hacer, que camino a la deriva, que me perdí, y que no tengo terreno seguro donde pisar, porque todo donde avanzo, se cae.

Por ahora estoy confundida, pero siempre supe que me tenía que enfrentar a este panorama, ahora estoy donde más temí estar, y tengo el presentimiento de que esto es sólo el comienzo, porque vendrá lo peor, renunciar a todo lo que tenía, a todo, y justo ahora, ahora que tenía todo para seguir, ahora es cuando todo se va a la mierda, cuando tenía un grupo de buenos amigos en la u, ahora que ya no estaba tan sola, ahora cuando todo podría ser perfecto, ahora es cuando todo se va a la chucha, ahora es cuando debo renunciar, justo ahora.

He pensado en mi situación, desde que supe que esto podría pasarme, desde todo esto, he pensado muchas alternativas posibles, y otras, quizás, menos posibles.

He pensado en empezar otra vez, en la chile, estudiando lo mismo que en la cato, lista para nuevos profesores, y nuevas oportunidades, el problema es, que tendré que iniciar todo otra vez, las becas, todo, pero al menos sé, que esta vez, será diferente, ya no voy a entrar como pollito, como niñita indefensa, porque tengo tres años de conocimiento en el cuerpo, tres años que me van a ayudar, 3 años en los que he adquirido muchas cosas.

Me siento inquieta, asustada, temerosa, más que todo, temerosa, pensando en que en cualquier momento me echan, pensando que no sobreviviré, pensando que otra vez, voy a volver a equivocarme.

Feliz le doy a mi amiga que quería mandar todo a la chucha mi lugar, porque yo que quiero seguir, no podré hacerlo, y ella en cambio, se ve obligada a continuar.

Nadie está en mi situación, quiero morir, quiero llorar, quiero gritar, patalear, estar sola, que nadie me quiera, porque no me lo merezco, yo debería desaparecer, todo terminó, todo se acabó, y ya no hay nada que hacerle, sólo un milagro podría ayudarme ahora, pero los milagros no existen, pero sí sé que hay alguien que podría ayudarme, Dios, y nadie más, el padre es el único, nadie más.

En fin…ya he sufrido tanto, que algo máss, algo menos, da lo mismo.

En fin…eso es todo, jajaja, ¿por qué siempre tengo que publicar cosas malas que me pasen?, supongo que es porque me dan más inspiración.

En fin…todo tiene solución, excepto la muerte, confío en que podré salir adelante, confío en que podré hacerlo, y no me queda más que eso.

Entonces, lucharé, con ganas, hasta que todo se termine, hasta la causal, y el adiós.

sábado, 3 de abril de 2010

Encuesta Us against the World.

Queridos y queridas, he decidido traerles algo distinto esta vez, una encuesta, sí, una encuesta para esta historia que ha causado tanto revuelo.

La verdad de las verdades, no me lo esperaba, ya que lo hiece por un motivo de diversión más que otra cossa, y la verdad, he quedado gratamente sorprendida con comentarios y expresiones de gusto.

Voy a ignorar las que no lo son, porque careecen de valor, con esto no espero ofender a nadie, pero si alguien se siente tocado, no es problema mío.

Gracias a todos quienes han leído, y quienes han comentado, y gozan y se sienten de alguna manera identificados, muchas gracias de verdad.

En fin, los dejo con la encuesta, gracias por el tiempo, de ante mano, let’s go!

Para quienes conocen la historia, van algunos personajes, para que juzguen quien es el que la lleva en esta historia.

Personaje femenino favorito: Paula, Paola, Nikole.que más les gusta de todos.

Personaje mazculino favorito: Michael (el caracterizado) christian, jaime, daniel, mark, nicky, kyan, shane.

Parejas: shane x Paula.

Christian x nikole.

Christian x Paola.

Daniel x Paola.

Michael x nikole.

Esa es la encuesta por ahora, espero les guste, y se pasen por acá a comentar, por fa, den motivos de su elección, nos vemos a la otra, bye!.

sábado, 6 de marzo de 2010

nada de lo que diga

Hola otra vez!.

Luego de noches asquerosas en las que no he podido dormir tranquila, mi cuerpo aún resiente aquellas torturantes horas en que el episodio se repite, noche tras noche, pero no he venido a hablarles de aquello, damas y caballeros, jajajajajajja, los pocos que vienen por acá, sino a mostrar el escrito de una amiga, de una querida amiga.

Fuerza, ya estás viviendo dentro de ti, tu propio terremoto, te quiero.

Sin más, vamos a lo nuestro!.

Nada de lo que diga, o escriba se que va a hacer que las cosas cambien, ni que vuelvan a ser como antes.

No sé bien como quiero que las cosas sucedan, es decir, creo que he trazado algunos esquemas de vida, pero no han funcionado; y solo sigo esperando que otro plan resulte, si es necesario, hasta el plan z y de ahí volver a intentar.

No busco responsables, ni quiero ser una víctima de esto de todo esto.

No quiero herir, pero debes saber que yo estoy herida.

No quiero intentarlo, porque ya no me quedan muchas ganas.

No quiero saber, porque no creo ser capaz de hacerme cargo

No pido, aquello que yo no estoy dispuesta a dar, y, a pesar de que quiero salir de todo esto, no se por donde comenzar.

Lo simple seria desaparecer.

Convertirnos en un recuerdo roto, quebrado, difuminado. Y que solo el tiempo pueda encargarse de terminar de borrarlo.

Lo complejo es que no puedo hacerlo del todo.

Porque te quiero.

Y mientras te quiera no puedo despegarte de esta vida.

Vida que quiere dejar de jugar; vida que está dolida; vida que le cuesta respirar, porque se siente partida.

El dilema es tedioso y tratar de resolverlo es cansador

Yo no tengo ánimos de empezar la partida, no puedo pensar en sí o no.

Al igual que tu, siento todo esto.

Siento que se nos escapo de las manos.

Siento que ni tú ni yo estamos tan dispuestos.

Y siento, que los motivos, el porqué, el cómo y el cuándo se van dilatando.

No te culpo, ni quiero ser una víctima de todo esto.

Solo quiero que no me pese el verte.

Quiero dejar de quererte y que este querer duela como duele.

Explicarlo es confuso, y sin embargo si me preguntas, no me arrepiento.

Pero quiero, solo quiero, que al verte no se encarne en mi todo lo que en mi desatas.

Mi proceder actual no es el más sensato.

Y no prometo que deje de serlo.

Como tampoco puedo prometer que esto va a pasar pronto, aunque es algo que anhelo.

Respeto que respetes, mi muro distante.

Soy el resultado de mis acciones, y es algo que he sabido, de antes.

No te pido que quieras, que entiendas, que trates, que comprendas.

No me consuela saber qué esperas.

No le cedo mi lugar a nadie, ni a cualquiera.

Y solo me sostengo del tiempo para que esto quede atrás y se pase.

Es la única promesa que de momento, puedo darte:

Olvidar, olvidarte.

Autor: corazón de mañitas

Bue…todas sus manifestaciones, please, al autor, yo aquí no tengo ni pito que tocar, excepto por lo de arriba, ijiji, eso pues, nos vemos, bye!

domingo, 28 de febrero de 2010

Terremoto, I’m sure!

http://www.youtube.com/watch?v=zKXy5HY161w

Siempre me habían contado del terremoto del 85, que había sido terrible y todo eso. Siempre supe que se venía algo grande, y no fueron presentimientos, bue…mitad presentimientos de ciego capo que ve más allá, pero lo que me tenía más convencida, era el hecho de que yo sabía que cada 10 años, la población daba un brusco cambio, y por eso se producían los terremotos, y desde el 3 de marzo del 85 no había uno grande, era lógico que la tierra tuviera mucho que liverar, y puta como se liveró, si tuvimos 8,5 grados en la escala de Mercali, osea, en términos prácticos, quedó la pura cagá.

Se preguntarán como manejo tanta información de desastres naturales, como terremotos y todo eso, pues, el tema es re interesante, y es mejor saber a que nos atenemos, ¿no les parece?.

Bue…al igual que el resto de los mortales en chilito, ni siquiera me había imaginado que esta hueá iba a pasar, si incluso horas anttes, mi mayor preocupación era a cual de los dos carretes a los que me habían invitado iba a ir. Por fin había decidido y con arto esfuerzo, ya que las presiones se hacían inminentes, y yo tiendo a caer ante la convención, o como se llame, debido a mi carácter de mierda, y el temor a decir no, y la indecisión, y…eso.

Cuando por fin había tomado mi gran, decisión, incluso ya tenía listo el regalo, y me había preparado para ir, en una noche totalmente normal y tranquila.

Luego de salirme de mesinger, me fui a dar una ducha, y luego me puse a ver a la Noche, junto a mi mamá. Fue un show increíble, ya que me gusta mucho ese grupito, jejje, pero eso no tiene mayor incidencia, así que pasamos.

Luego de tomarme una rica sopa y una ensalada, me puse el mp3, y leí un rato, o debería decir, escuché unos 4 tracks, y vencida por el sueño, me quedé dormida al fin, hasta que claro, un ligero movimiento telúrico, me sacó de mi sueño, lentamente, y por supuesto dije- aaa, filo no más, un temblorcito, ojala pare luego no más, pero por supuesto, la hueá empezó a volverse más y más fuerte, por lo que mi cuerpo, antes que mi mente lograra si quiera despertar del sopor, corrí hacia mi mamá como una niñita, presa del miedo, o mejor dicho, del enorme pánico.

Mi mamá y yo corrimos hacia el comedor, encontrándonos con mi hermano, quien estaba sumamente aterrorizado, y mi mamá, ya con crisis de pánico.

Escuché como mi voz comenzaba a gritar, al marco, ¡al marco!, y nos apoyamos en el marco de la puerta, mientras las cosas caían y caían, y la tierra a nuestros pies, se sacudía con ferocidad. Era como si la sacudieran la casa por el pie de un gigante, tenía tanto miedo de que algo se nos fuera a caer en cima, una pared, la misma puerta, el techo, y peor aún, que la pared que nos sostenía a los tres, se viniera abajo, y quedáramos los tres aplastados por los escombros de lo que fuera nuestra casa.

No sé cuantos minutos o segundos fueron, pero se hicieron los más largos y terribles de toda mi vida, nunca creí que tendría tanto miedo, más que por el miedo de las cosas, ya que siempre pensé que querría salvar mis pertenencias, pero eso ni siquiera me importó, si se llegaba a caer el notebook que estaba en cima de la mesa, o la tele, nada, sólo rogaba porque nada se nos cayera a nosotros, y nos pasara algo, o peor aún, que algo les pasara a mi mamá y hermano, y a mí nada.

Cuando por fin la pesadilla terminó, pude respirar, ya que todo el tiempo, me estuve conteniendo, como si mi mente se huviera puesto en blanco, ya que veía todo borroso a mi alrededor, como si en lugar de la realidad, fuera una pesadilla, y nada más.

No sé que me asustó más, si el terremoto en sí, el ruido, o mi mamá, a quien ya veía que le daba un ataque al corazón.

Una vez más, mi fuerza estuvo a prueva, ya que tuve que conservar toda la calma que pude.

Las réplicas me tienen enferma, ya que a cada rato tiembla, y mi corazón se vuelve a agitar en mi pecho, cuando vienen los temblores, mi mamá se pone a saltar y moverse, para no sentir los remezones que da la tierra, yo simplemente me pongo a hacer otras cosas, ignorando el hecho de que cada una hora, se pone a temblar.

Prefiero pensar que no está temblando, que ya pasó y cuento viejo, pero fue aterrador, y cada vezque pienso, más miedo me da.

Bue…eso por el momento, jaja, mi post iba a ser en base al año que se cumple desde que fui a ver a Back street boys,y lo increíble que había sido, pero…cambio de planes, jajaja, de hecho, cambio de planes para todo mi día, ya que salir de mi casa, me da un miedo atroz, y de todas maneras, da igual, porque igualmente, no puedo salir, jejejeje.

Ya, queridas y queridos, y ahora cuando otro maldito temblor comienza a recogerme el estómago otra vez, me despido, puta, que esta mierda pare de una buena vez!, me tiene enferma!.

Eso pues, aaa…y no puedo dejar de lado el hecho, de que el agua de la piscina se salió toda, y quedó nuevamente verde, y peor aún, inundó la casa de una besina de atrás, aaa, y se cayó una pandereta, jajajja.

Bue…gracias a Dios, todos estamos bien, y Karupin duerme a pata suelta, bueno por ella, porque yo sólo he podido dormir de una manera decente, alrededor de unas 3 horas, e increíblemente, no tengo nada de sueño, sin duda son los nervios de las conhchas de su madres réplicas, que deje de temblar por una maldita vez!.

Bue…ahora, sí, bye!, y ni se les ocurra salir!.

Los dejo con una canción before to go, jejejeje, la que será, mi canción de este año, la que compite con otras, Get away, de Bryan MC Fadden, ex integrante de westlife, denle una chance a la canción!, es la raja!.

martes, 16 de febrero de 2010

The dance.

http://www.youtube.com/watch?v=lWLEYt6RJE4

Looking back on the memory of

MIRANDO ATRABÉS DEL RECUERDO DE

The dance we shared beneath the stars above

EL BAILE QUE COMPARTIMOS DEBAJO DE LAS ESTRELLAS DEL CIELO

For a moment all the world was right

POR UN MOMENTO, TODO EL MUNDO ESTUVO BIEN

How could I have known you'd ever say goodbye

COMO PODRÍA HABER SABIDO QUE TÚ JAMÁS ME DIRÍAS ADIÓS?

Todo estaba listo y dispuesto para su matrimonio al fin, le había dicho a esa chica que si, a esa chica que lo seguía con su grupo de amigas luego de aquellos días de entrenamientos, claro que a ella la había conocido en otra faceta hace algún tiempo atrás, luego de que un profesor la hubiera humillado al no saber una respuesta, le estaba yendo terrible en el semestre y tenía mucho terror de repetir el año y como él era un buen estudiante, la había ayudado.

Aquel día, la había encontrado llorando en un pasillo, tan amargamente que el corazón se le recogió.

-Hola- dijo tímidamente, mientras se acomodaba al lado de ella.

Tal vez no era una chica muy linda, sólo como las del montón, pero esa extraña fragilidad había despertado en él algún sentimiento de cariño que no pudo controlar. Su piel blanca, muy blanca contrastaba con su cabello castaño oscuro y sus grandes ojos negros miraban con una baga tristeza. Se acercó a ella y la guió hasta su pecho mientras trataba de calmar su pena. Pasó una mano por sus cabellos oscuros, con tanta ternura y suavidad que ella quedó al instante encantada con él.

-Gracias por venir a consolarme- dijo ella de pronto, mirando los pacíficos ojos verdes de su interlocutor, nadie me trata así como tú, no se porqué.

Oishi no pudo más que sonreír, cálidamente como era su costumbre, sin saber que metros más allá, 2 pares de ojos lo miraban en la penumbra, con gran interés.

Se puso de pie, mientras ella se alejaba, sumamente agradecida con él y muy feliz.

-¿Así que finalmente Oishi tiene novia?- dijo una voz gatuna y cantarina- por fin, ¡Oishi!, y nosotros que pensamos que te había dejado al fin el tren, ¡si hasta Tezuka que es tan pero tan serio, ¡ya tiene novia!

Oishi pensó que algo se quebraba dentro de él al oír eso, ¿Tezuka tenía novia?, aquello estaba bien, pero si estaba bien, ¿por qué dolía tanto?

-A, ¿si?- sólo preguntó, confuso.

-Parece como si aquella noticia te molestara, me equivoco, ¿Oishi?- preguntó el chico colorín, acercándose a él.

Estoy feliz por él- dijo Oishi, solamente- Tezuka al igual que tú y el resto del equipo, son mis amigos.

-¿No será que ocultas algo?- sonrió Eiji, algo malévolo, mientras otro seguía mirando desde la penumbra.

-Nuestro querido Oishi por fin se ha enamorado- sonrió Fuji, quien justo llegaba seguido unos pasos por Kawamura.

-Dejen de molestarlo, chicos- dijo el tímido castaño- si no nos quiere contar, igual es su vida.

Oishi no dijo nada, pero se sintió levemente aliviado por las palabras de su compañero.

-¿Y Tezuka?- preguntó de pronto- no lo he visto hace días.

-¿Cómo?- preguntó Eiji- ¿no sabes?, ¿acaso él no te ha contado?

Oishi los observó a todos con algo de temor- no, ¿Qué tendría que contarme él?

-Tezuka se va a Estados Unidos de intercambio por un semestre, debido a sus altas calificaciones y además el equipo de tenis de allá está interesado en él, ya que han visto los partidos en los que ha participado, dicen que es excelente.

-¿Y porqué no me dijo nada a mí?- pensó para sus adentros, pero no dijo nada. Hizo un leve movimiento de cabeza y se fue rumbo a la biblioteca.

Una vez ahí, se sentó y trató de concentrarse en lo que tenía que hacer en ese momento. Puso el libro sobre la mesa, junto con su cuaderno y comenzó a tomar apuntes de lo leído.

En ese momento, otra persona más entraba al mismo lugar. Avanzó hasta él y Oishi pudo reconocerlo de inmediato. Levantó la cabeza apenas y lo miró fijamente.

-Hola Oishi- dijo el tan serio Tezuka, sentándose junto a él- ¿está todo bien?

Oishi habría querido callar todo lo que estaba sintiendo, pero no aguantó más- ¿Porqué no me dijiste que te ibas a Estados Unidos?, ¿Cuándo pensabas decírmelo?

Tezuka cruzó los brazos ante el pecho y lo miró fijamente a los ojos, parecía como si se estuviera guardando algo muy importante, algo que lo hacía sufrir, pero por supuesto, el capitán de Seigaku sabía disimular excelente cada sentimiento y reacción detrás de su máscara de seriedad. En contraste con él, Oishi lo observaba con esa típica mirada suya, esa mirada que lo escrutaba, casi maternal, como si fuera su abuelo quien lo miraba así.

-Soy tu amigo se supone, Tezuka- decía Oishi, con un tono triste en su voz- y no sólo eso, también soy el sub. Capitán del equipo, ¿no crees que merezco algo de respeto de tu parte?

-Por favor, Oishi- dijo Tezuka- no me digas eso, no digas que no te respeto, sabes que lo hago y que todo el equipo lo hace, si no te dije que me iba es porque en realidad nadie lo sabe, sólo lo sabes tú, pero creo que alguien más lo ha sabido y no ha sido la intensión, sabes también que eres el primero en enterarte de mis cosas, tú y nadie más que tú.

Oishi sólo se limitó a bajar la mirada, sintiendo en el fondo de su alma haberle dicho todas esas cosas a Tezuka.

-¿Quién te dijo algo así?- preguntó el buchou, algo molesto.

Oishi se vio ligeramente acorralado ante la pregunta de su amigo. Había sido Eiji, pero no había sido la intensión el contarlo y sabía que Tezuka era riguroso en sus castigos en los miembros del equipo y que el pobre neko tendría que pagar su gran bocaza- sólo fue un comentario de pasillo, lo oí por ahí, en este momento no recuerdo quien me dijo, te mentiría si te digo que alguien me dijo.

Tezuka vio el complicado y tenso rostro del vise capitán y prefirió no hacer más preguntas, pero necesitaba averiguar quien le había dicho tal cosa. El muchacho se puso en pie al fin, y se dispuso a marchar, pero la voz de Oishi lo detuvo de golpe.

-Tezuka- dijo Syuishiro, provocando que el otro se volteara.

-¿Si?- preguntó el serio chico castaño.

Oishi pensó como formular una pregunta así, después de todo, era la vida personal de su amigo, pero esta salió así sin más, tan horriblemente desesperada, como si necesitara una respuesta imperiosa- Tezuka…tú…tienes…novia, ¿cierto?

La pregunta tomó a Tezuka por sorpresa y por breves minutos, no dijo nada. Ladeó ligeramente la cabeza, empezando ya ahora a enojarse, ¿cómo era posible que se introdujeran de esa manera en su vida?, ¿cómo era posible que se sintieran con el derecho a hacerlo?- no- negó Tezuka, firmemente- creo que el equipo insiste en meterse en mi vida sin mi permiso, quieren que tenga novia a toda costa, y yo no me siento preparado aún para algo así, tengo otro tipo de planes para mi vida.

De alguna manera, Oishi se sintió increíblemente aliviado, aunque no sabía porqué, tal vez tenía miedo de que su amigo tuviera a alguien más, alguien que le ocupara todo su tiempo y ya no pudieran estar juntos en sus actividades del equipo, o estudiando para los exámenes que venían tan duros cada semestre.

-¿Cuánto tiempo te vas de Japón?- preguntó Oishi, tratando de zanjar el tema.

De alguna manera, Tezuka también agradeció el gesto de Oishi y lo miró, fijamente- me voy por un semestre, en realidad hace tiempo que lo estoy esperando, hace tiempo que quiero hacer esto, y no se me había dado hasta ahora.

Oishi lo miró, sintiendo la acostumbrada admiración de siempre, y es que Tezuka siempre le producía aquello, era él siempre tan valiente, siempre dispuesto a romper todos los obstáculos posibles e imposibles, dispuesto a cambiar el mundo si fuese necesario.

-En todo caso la chica que llegue a estar con tigo, será una afortunada- dijo Oishi con sinceridad, mientras salían de la biblioteca rumbo a la cancha.

Tezuka no dijo nada, pero en el fondo, sabía que en el fondo las cosas no eran así. Todos lo veían como un ejemplo, en especial sus compañeros de grado, desde un día que sus sempais decidieron enfrentarlo y lastimarlo, creyendo que él quería reírse de ellos, o sentirse superior, si en realidad tan sólo hubieran sabido que aquello ni siquiera pasaba por su mente, sino todo lo contrario, quería pasar lo más desapercibido que podía pasar, no causar revuelo, que lo dejaran en paz, simplemente, ¿cómo iba a saber lo que vendría después?

Recordaba aquel día con toda claridad: estaban en los entrenamientos regulares del equipo, él corría como había dicho el capitán Yamato, aquel sujeto que le infundaba respeto y protección. Se había refugiado un poco en él, pero esperaba que eso nadie lo notara, Y es que en esos días, él no era ni el serio, ni el estricto, ni mucho menos el respetado que era ahora, respeto que le tomó años y todo el esfuerzo conseguir, y como siempre, el único a su lado, había sido su inseparable amigo Oishi, porque incluso él lo había traicionado, él, símbolo de respeto y quizás, ingenuamente, amistad.

-¿Porqué lo había hecho?- era una pregunta que llevaba años formulando sin hallar respuesta alguna, se había atrevido a tocarlo a él, a su amigo, dejándolo para siempre con aquella espantosa marca. Lo maldijo aquel día, gritó su nombre con tanta fuerza y desesperación, mientras su amigo sufría en el piso sangrante.

Ese día, ese maldito día, Oishi estaba en el camarín del equipo, cambiándose ropa y disponiéndose a meterse a la ducha, hasta que pasó.

Un grupo de chicos lo rodeó, ante un grito asustado de los estudiantes de séptimo año de la época. El chico de ojos verdes, quedó aprisionado en un asfixiante abrazo, mientras otro le propinaba golpes salvajes y brutales en todo su cuerpo. Alcanzó a oír una palabra, pero el dolor era tal que ni siquiera logró escuchar ni mucho menos poner algo de atención. Se vio en el suelo, estrellado contra una muralla cercana, ya casi en la semi inconsciencia, rodeado por 5 tipos que lo único que parecían querer, era hacerle el peor daño posible para así vengarse de Tezuka de una vez por todas. Cayó al piso al fin, mientras sentía el golpe en su mejilla, la que a esas alturas, tomaba un color morado. Pero sin duda, aquello no era lo peor para el pobre Oishi. Sintió que bajaban su pantalón y metían algo por su entrepierna, mientras otro lo sujetaba y tocaba, otro lo besaba, y otro lo obligaba a practicarle sexo oral. Ya para entonces, él se había desmayado, sin antes ver la cara de su amigo, contraída por la emoción que en ese momento sentía al reconocer a su principal agresor.

Tezuka en tanto, entraba en el vestidor, y la escena ante sus ojos lo dejó paralizado. Su capitán, símbolo de respeto por tanto tiempo, abusaba de su mejor amigo, al punto de hacerle el más terrible de los daños. La imagen ante sus ojos lo congeló de pies a cabeza, dejándolo sin habla.

-Buchou…porqué…- fue todo lo que pudo formular, antes que sus compañeros lo ayudaran a cargar con su débil e inconsciente amigo, pero de pronto se vio agarrado firmemente por la muñeca y arrastrado hasta él- algún día sabrás porqué te hice esto, algún día, pero ahora todo lo que quiero que sepas es que te deseo, pero si se lo dices a alguien, él será quien pague y peor, tú verás como lo torturo y hago sufrir.

Tezuka tuvo de repente, la extraña sensación de que se mareaba, escuchando las voces lejanas y ausentes. Sintió de pronto que uno de sus amigos lo tomaba e impulsaba a ponerse en pie.

-Calma Tezuka- dijo la firme voz de un chico de lentes muy gruesos- se va a arrepentir por lo que hizo, porque al hacerle esto a Oishi, nos lo hizo a todos nosotros.

Tezuka no pudo aguantar más, las lágrimas comenzaron a caer una a una, apretándole el pecho de dolor, hasta que finalmente se quebró. El muchacho en tanto, abrazó a su amigo con toda la fuerza que pudo, tratando de disimular lo mejor posible una calma que se le daba bien. Le dio unos ligeros golpes en la espalda, dándole toda la tranquilidad que le pudo dar y reanudaron la marcha.

Aún lloraba, cada vez menos, pero aún lo hacía, todo era terrible, el dolor de su amigo, la traición y confesión posterior de su capitán, el que ahora consideraba un maldito pervertido sexual y abusador. No podía menos que odiarlo por el gran daño hecho a su amigo, ¿lo haría sufrir con tal de lograr algo con él?, ¿porqué?, ¿porqué con él?, ¿acaso no era lo suficientemente hombre como para enamorar a una mujer?, ¿porqué tenía que hacerlo con chicos?, y peor aún, menores que él, chicos incautos y sin experiencia, ¿porqué?, ¿acaso gozaba verlos sufrir?

Esa noche se quedó en el hospital con él, mientras su madre rompía en un llanto terrible y el padre trataba inútilmente de consolar el horrible dolor que sentía.

Tezuka en tanto, se mantenía sentado junto al amigo que lo había calmado. De vez en cuando entraba en aquel llanto tan terrible, tanto que debían traerle agua para que se contuviera, y no era que hiciera ruido al hacerlo, de hecho, aquello era lo peor, que no lo hacía. Entraba en un espasmo y era incapaz de mantenerse de pie, porque el cansancio y la debilidad no se lo permitían, hasta que otra vez volvía a calmarse, quedándose en un estado de nada, con la mirada completamente ausente y de vez en cuando también, se dormía por breves momentos, hasta que despertaba sobresaltado.

-Gracias Inui- dijo una vez pudo calmarse luego de un ataque de llanto- me siento mejor ahora.

-Me alegro mucho- dijo el muchacho, palmeándole levemente la espalda.

Oishi en tanto, despertaba en una camilla, rodeado por vendas y conectado a un tubo artificial. No sabía que pasaba, ni mucho menos que hacía en ese lugar. Tenía vagos recuerdos acerca de lo que había pasado momentos atrás, o quizás días o semanas, no lo sabía, pero la angustia se apoderaba de él al recordar el hecho tan crudo.

-Te…zu…ka…- dijo el muchacho, débilmente.

Una enfermera había alcanzado a oírlo y se acercó a él con cuidado.

-¿Qué?- dijo una chica joven, de unos 26 años que lo miraba con una breve sonrisa.

-Por….favor…quiero…verlo…- musitó Syuishiro con esfuerzo.

-Tranquilo- dijo la suave voz de la chica, notando que se agitaba- cálmate, no te hace bien, pediré que lo traigan si eso te hace sentir mejor, pero si te agitas, lo sacaremos de aquí, recuerda que necesitas descansar.

-Lo…se…- dijo él, rendido por el enorme cansancio.

La chica se alejó de su campo visual y se quedó tendido en la camilla, mientras sus manos hacían un puño. Tal vez debió dejar entrar a sus padres primero, pero tal vez ellos le harían preguntas, tantas que él no deseaba responder, víctima del temor y la vergüenza que lo invadían en ese momento. Su alivio fue mayúsculo al ver a su amigo en la entrada. Lo miraba con ojos somnolientos y cansados, marcados por el llanto y el dolor. Se sintió muy mal al ver a su amigo así- es mi culpa- pensó, afligido- sufre por lo que me hicieron, lo vio todo, y yo no lo pretendía.

Tezuka se acercó a él con cierto grado de temor, pues el espantoso recuerdo sería algo que ninguno de los dos podría olvidar jamás.

-Per…dóname…- dijo Oishi, casi en un susurro.

Tezuka se acercó un poco más a él, tratando de oírlo mejor, para que él no tuviera que esforzarse más de la cuenta- no digas eso- dijo con el pecho apretado y encogido de dolor- no es tu culpa, tú sólo fuiste una víctima de ellos, ellos te hicieron daño, tú jamás lo quisiste, no me vuelvas a decir algo como eso.

Oishi sonrió, agarrando firmemente la mano de su amigo, como si esta fuera su salva vidas, como si sólo su mano fuera lo que pudiera ayudarlo ahora.

-¿Te había dicho alguna vez que eres mi mejor amigo?- dijo Oishi, increíblemente un poco más recuperado.

-Nunca- dijo Tezuka- y me alegro oír eso, que yo lo soy, y tú eres el mío, Oishi, te quiero mucho, demasiado como para verte sufrir así, no quiero que nadie vuelva a ponerte una mano en cima jamás en la vida, no los dejaré, lucharé contra ellos si es necesario, pero no te tocarán, jamás lo harán, nunca más.

Una pequeña lágrima resbaló por los verdes ojos de su amigo, y apretó su mano con más fuerza aún- yo también cuidaré de ti, amigo, no dejaré que hagas tonterías para protegerme, recuerda que yo también puedo hacerlo por mi mismo.

La lágrima de Tezuka se unió a otra de Oishi, hasta que ambos rompieron a llorar, amargamente. Tezuka se apoyó contra la camilla, se undió en el hombro de su amigo y soltó el llanto, mientras Oishi acariciaba su cabello castaño y lloraba junto a él.

And now I'm glad I didn't know

Y AHORA ESTOY CONTENTO DE NO HABERLO SABIDO

The way it all would end the way it all would go

ERA LA MANERA EN QUE DEBÍA TERMINAR, ERA LA MANERA EN QUE TODO DEBÍA MARCHAR

Our lives are better left to chance I could have missed the pain

NUESTRAS VIDAS SON MEJORES DEJADAS A LA SUERTE

PUDE HABERME PERDIDO EL DOLOR

But I'd of had to miss the dance

PERO TUVE QUE HABERME PERDIDO EL BAILE

-¡Syuishiro!- gritó la chica que al otro día se convertiría en su esposa. Si bien era cierto, la quería y mucho, no tenía plena certeza de amarla, las cosas habían sido un poco complicadas desde que la conoció.

Al principio, resultó una chica callada y algo sumisa, no hacía mucho ruido, tampoco comentaba mucho en clases, su mirada parecía perderse en la nada por instantes, no poniendo atención a nada que no fuera su vago pensamiento.

En los entrenamientos, se mantenía levemente oculta detrás de sus amigas, y no hacía ruido tampoco, mientras las demás gritaban cada vez que él hacía un punto. Otras gritaban por Eiji, quien hacía piruetas increíbles en el aire y dejaba a todo el mundo bajo su atenta mirada.

-¡Vamos!, ¡Oishi!, ¡te amamos!, ¡eres el mejor!- gritaban ellas, coléricas.

En uno de aquellos partidos, ella se había quedado en los arbustos, esperándolo, mirando el partido desde lejos. Vio salir desde su posición a Momoshiro y Kaidoh, quienes como siempre, estaban discutiendo y ya pasaban a las manos, seguidos de un exasperado Ryoma quien aligeró brevemente el paso y se alejó de ellos. Por fin lo vio salir, y decidió enfrentarlo de una vez, cuando este ya hubo salido al fin del camarín.

-Hola- dijo ella- ¿te acuerdas de mi?, voy en tu salón y me consolaste un día, ¿te acuerdas?.

-Oishi le sonrió, recordándola perfectamente- si, claro que me acuerdo de ti, tú eres Sanko, ¿no?

La chica sonrió, emocionado y lo miró por largo rato, haciendo que él también sonriera.

Así, ambos comenzaron una linda amistad, él la ayudaba de vez en cuando a estudiar y ella lo iba a ver a la cancha de entrenamiento y lo observaba como era su costumbre, en la penumbra.

Los demás en tanto, gozaban de manera increíble molestarlo con ella, ya que cada vez que tenían que hacer algo, llegaba ella y se unía al grupo. Todo iba bien, o al menos eso creía, jamás pensó que las cosas iban a dar aquel giro.

Oishi estaba una vez más con ella, ayudándola en sus estudios, hasta que pasó. Ella sujetó sus manos contra las de él, se acercó de manera insinuadora, tal vez algo ingenua, pero no menos sensual y lo besó, profundamente. Oishi en tanto, se vio algo violentado y sorprendido ante el beso tan repentino de ella y sólo pudo atinar a responder de la mejor manera que pudo.

Tezuka en tanto, justo pasaba por ahí a dejar unos libros y la escena ante sus ojos lo dejó paralizado en su mismo sitio. Oishi agarraba firmemente la cintura de aquella chica y respondía y daba un beso, mientras ella rodeaba su cuello y disfrutaba del contacto con su amigo. No supo porqué, pero una horrible sensación lo invadió tan fuertemente que no tubo el valor para ver aquella escena, tomó el libro y prácticamente sin saber que hacía, salió lo más apurado que pudo del lugar. ¿Qué era eso?, ¿Qué era esa horrible sensación de mal estar, rabia y dolor?, ¿Qué era?, no lo sabía, sólo que era algo que nunca había experimentado jamás en su vida, nunca, hasta ahora. Trató de serenarse, trató de no pensar, de olvidar, pero la sensación siguió ahí, firme y latente, y con los días, se volvería mucho peor. Sería algo que Oishi jamás sabría, pero en cuanto llegó el ofrecimiento de una destacada escuela de Tenis en el occidente, la aceptó de inmediato, casi sin pensarlo. Lo necesitaba, ya no podía más con aquello, verlo todos los días cerca de ella, tocándola, besándola, delante de él, ni siquiera dándose cuenta lo mucho que sufría, lo mucho que eso le hacía daño y torturaba.

Habían llegado a las nacionales como él le había prometido un lejano día, aún recordaba la expresión en su rostro, el minuto que ambos habían compartido, ese minuto que sólo fue de ellos 2, sólo suyo y de nadie más.

Lo dejaría, si, era cierto, pero aquellos días de infierno ya habían pasado y Oishi estaba bien, ya no sentía miedo al entrar al camarín y verse rodeado una vez más por todos ellos, además, ahora tenía novia y era feliz, muy feliz. Sólo era él el elemento sobrante en aquella relación y no había nada que hacerle.

Con los días, la relación entre Oishi y esa chica, se hacía más y más fuerte, pero lo que Tezuka no sabía y probablemente nunca llegaría a saber, era la verdadera realidad entre ellos. La chica amable y tímida había pasado a la historia, convirtiéndose en su peor pesadilla, ¿y cómo iba a saberlo?, ojala hubiese tenido una bola de cristal, ojala hubiese sabido lo que ahora vendría, seguramente jamás habría pasado por su mente, comprometerse así con ella.

Todo había pasado un día que él estaba en el entrenamiento, Momoshiro y Eiji lo habían invitado a comer unas cuantas hamburguesas y él había aceptado, porque hace tiempo que no disfrutaba de la compañía de sus amigos, y ellos ya se lo habían echado en cara.

-Y bien, Oishi- había dicho Eiji- entonces, ¿vienes con nosotros a comer hamburguesas?, ¡hoy paga Momo-Chan!

-¿Qué?- exclamó Takeshi- ¡yo no dije eso!

-Vamos, Momo-Chan- dijo Eiji- ¡paga tú!, o vas a conseguir que el ochibi pague.

Una expresión algo malévola se pintó en las caras de ambos chicos, alcanzando a Ryoma en la puerta, mientras ambos tiraban de él. Oishi en tanto, disfrutaba del tiempo que pasaba con todos ellos, ciertamente los echaba mucho de menos, disfrutaba pasar tiempo con Sanko, pero los chicos también eran parte muy importante de su vida y los extrañaba.

Al fin, todos los miembros del equipo se reunieron, consiguiendo que Tezuka también fuera con ellos, ya que esto era algo así como una despedida. Llegaron al fin al lugar, pero en vez de la típica hamburguesería, habían decidido por invitación de Kawamura ir al restaurante de su padre a comer sushi gratis. Oishi se acomodó junto a la ventana, mientras un par de asientos más allá, Momoshiro y Ryoma se disputaban el premio al nuevo pack man del año o del siglo entero

En ese momento, alguien entraba levemente perturbado, Oishi se levantó y la miró a los ojos, al ver que se trataba de ella.

-¡Syuishiro-san!- dijo ella, con la voz rota- pensé que hoy también nos juntaríamos.

Eiji lanzó una breve exclamación, la que fue callada de inmediato por Fuji, quien casi de inmediato ajustó una leve patada por debajo de la mesa al bocazas de su amigo.

-Sanko- dijo Oishi, tratando de calmarla.

La chica no habló, y en cambio salió al exterior, cerrando la puerta tras ella. Oishi en tanto, salió a verla, ante una mirada de todos sus amigos. Una vez fuera, la vio cerca de unos arbustos, con la cara cubierta por el pelo, la cabeza enterrada en los brazos, tan quieta que daba miedo.

-San…ko- habló Oishi, suavemente.

-Vete- dijo ella, casi en un susurro.

-¿Qué?- preguntó Oishi, algo violentado.

-Vete- dijo ella, elevando un poco la voz- quiero que te vallas, no quiero verte, déjame sola.

Oishi se quedó un rato más, nervioso, sin saber muy bien que hacer- ¿quieres que hablemos?

-¿No me oíste?- esta vez casi gritó- ¡vete!, ¡no quiero verte!, ¡déjame sola!, ¿no entiendes que quiero estar sola?, ¡déjame en paz!

Oishi no supo que hacer una vez ella entró en un estado de histeria absoluta. Sus gritos desesperados, podían oírse a kilómetros de distancia, mientras los demás miraban a través de la ventana, curiosos. Tezuka se sintió tan incómodo y desesperado al ver la escena que se plantaba ante sus ojos, sintió rabia, pena, dolor por su amigo, y pena por ella. Oishi en tanto, quiso acercarse y tomar su mano para impulsarla hacia arriba, pero ella la corrió, bruscamente, mientras le gritaba como loca que se marchara y la dejara sola.

Tezuka en tanto, se posicionó al lado de su amigo, observando la escena, nervioso. Parecía que por primera vez mostraba algo de emoción contenida en su mirada, y es que no era para menos, después del escándalo que ella tenía, ciertamente se mezclaba la rabia y la tristeza por ella.

-Yo no debería vivir- dijo ella de pronto- me quiero morir, no quiero vivir más, mi vida es miserable, una mierda, nadie me quiere, nadie.

Tezuka al final, decidió acercarse a ella y tratar de hacer algo para calmar su estado. Se acercó a ella con cuidado y la abrazó, acariciando su cabello castaño con cuidado, mientras ella se refugiaba en sus brazos, como una niña asustada.

-Cálmate- le susurró él- por favor, ten calma.

Pasó la mirada de ella a Oishi, vio que él se alejaba de ella unos pasos y se iba lejos de ellos, triste.

-¿Tú quieres mucho a Oishi?- preguntó Tezuka, mientras todos los demás se alejaban de la escena.

-Si- dijo ella- no sólo lo quiero, lo amo, lo amo con toda mi alma, yo no sabría vivir sin él, es todo lo que tengo.

El corazón de Tezuka se quebró al escuchar aquello, el dolor era tal, que ya pasaba a lo físico. No pudo evitar un ligero suspiro de dolor y cansancio- entonces, si lo quieres tanto, no hagas esto, porque lo dañas, si supieras el daño que ahora mismo le provocas, y no digo que tú tampoco sufras, debes sufrir mucho para sentirte así, todo lo que quiero que sepas, es que nadie quiere culparte de nada, no tienes la culpa, ni Oishi tampoco, él…- aquellas palabras fueron las más difíciles que Tezuka pudo pronunciar alguna vez, sintió que cada palabra que si quiera pensaba lo hería de tal manera, que la voz parecía perder firmeza por instantes, lo que nadie si quiera llegaría a suponer- él también te quiere, por favor, no le hagas esto.

-Me quiere- dijo ella- pero no me ama, y yo lo amo tanto, tanto como yo se que él jamás va a amarme.

Aquellas palabras, helaron el corazón de Tezuka, nunca pensó oír aquello, él pensaba que él también la amaba, al mostrar ese interés por ella. Un fugaz pensamiento cruzó su mente, pero lo apartó en cosa de segundos. Al fin ella se hubo calmado, se puso en pie, mientras ella le sonreía e iba por Oishi, lo que ella no sabía, era que Tezuka se le había adelantado.

El capitán avanzó en busca de Oishi, encontrándolo en unos matorrales, solo.

-Oishi- dijo Tezuka, sentándose a su lado- ¿por qué estás así?

Syuishiro sólo se limitó a mirar la expresión de su amigo y sin quererlo, se echó a llorar, amargamente. Tezuka pasó un brazo por sus hombros y lo acercó a su pecho, tratando de calmarlo.

-No sirvo para hacerla feliz- dijo Oishi- no soy bueno para ella, si puedo hacerla sufrir a ese nivel, significa que simplemente no soy digno de ella.

Aquellas palabras terminaron por hacerle más daño aún, sintiendo que el corazón se le contraía de dolor. No supo que decir, no porque sintiera aquello que había dicho su amigo, sino porque el filo de aquellas palabras, simplemente lo habían herido. Las palabras nunca salieron de su boca, sólo limitándose a abrazarlo con fuerza.

-Es una pena que mañana tengas que irte, Tezuka- dijo Oishi, un poco más recuperado- voy a echarte de menos, amigo, no quisiera que te fueras.

Tezuka ya se arrepentía de haber dicho a aquella academia que si, Oishi lo necesitaba a su lado, ahora más que nunca- volveré- sólo se limitó a decir- voy a volver, Oishi, espero te cuides mucho en mi ausencia.

-Si- dijo Oishi- te lo prometo, y haré lo que pueda con el equipo.

Confío en que lo harás bien- dijo Tezuka.

Una cálida sonrisa en la cara de ambos, puso fin a la conversación y todo terminó allí.

Cuando Tezuka se hubo ido, luego de que todos fueron a despedirlo al aeropuerto, los días pasaron, el equipo se hacía cada vez más fuerte y aquello lo enorgullecía, pero por otro lado, la relación con Sanko se hacía cada vez más difícil, Oishi debía cuidar todo lo que hacía o decía frente a ella, por temor de hacerla sentir mal y que se desatara en ese llanto tan terrible. Sin darse cuenta, había cumplido un año de relación con ella, lo que para él inconscientemente, había sido un año entero de intensa tortura, no porque no la quisiese, sino por el carácter de ella, manipulador al máximo. Si salía con sus amigos, se enojaba y no le hablaba por días, o lo llamaba llorando, culpándolo de todas sus desgracias, diciéndole que él no la quería, o haciéndole un escándalo en plena calle, como si él la hubiese maltratado por algo. Los chicos en tanto, estaban artos de esta enfermiza relación, estaban cansados de los escándalos que ella le armaba al pobre sub. Capitán, quien sufría con todo esto, era demasiado para su carácter preocupado y pacífico, carácter del que ella tomaba ventaja para abusar de sus atenciones y hacerlo sufrir, y tampoco era que ella gozara ni mucho menos con todo esto, y más tarde se daría cuenta.

Sanko lo había citado un día, diciéndole que sus padres querían hablar con ellos y también los de Oishi.

Estaban todos allí, mientras ambas parejas de padres, compartían un te, sentados a la mesa, mirando a los 2 jóvenes. De vez en cuando, Sanko le dirigía una sonrisita a Oishi, quien le sonreía de vuelta.

-Bien- dijo el padre de la chica- quiero comprometer en matrimonio a mi hija con su hijo, ya que ambos están de acuerdo, no veo porqué debamos seguir esperando, ¿no creen?

-No lo se- dijo la madre de Oishi- mi hijo aún está en el colegio y el matrimonio es algo muy serio.

La chica pareció perder un poco el control de si misma por breves instantes, pero una severa mirada de su padre la calmó al instante.

-Yo creo que Syuishiro puede terminar el colegio, y dedicarse al club de tenis, y una vez termine toda su enseñanza y preparación, podremos comprometerlo con Sanko.

-Está decidido entonces- dijo el padre de Oishi- lo haremos así.

En ese momento, otra chica más entraba en el lugar, acompañada de un chico bastante agraciado. Un poco más baja que Sanko, lucía el cabello un poco más claro que su hermana, también lucía algo más entrada en carnes, a diferencia de su hermana, quien era un poco más delgada. El muchacho en tanto, lucía el pelo castaño claro, bastante corto, sus rasgos eran muy distintos a los típicos orientales al igual que su acento.

-Hola a todos- dijo la muchacha, haciendo una leve inclinación de cabeza.

-Que bueno que llegas, Hikari- dijo la madre de Sanko- y veo que Joe te acompaña.

-Hola- dijo el chico, en un trabajoso japonés, mezclado con algo de inglés.

Las miradas de Sanko y Hikari se encontraron, tan distintas la una de la otra, porque mientras Hikari lucía feliz y realizada con un chico que parecía amarla demasiado, Sanko era infeliz y falta de cariño, menos bonita, inteligente, popular, en fin, menos todo que su hermana, quien era perfecta, había hecho sus estudios en Japón y un magíster en Canadá donde había conocido a Joe y se había enamorado perdidamente de él y así también, él de ella.

Oishi había notado las comparaciones entre ambas chicas, porque mientras casi adoraban a Hikari y alababan todo lo que hacía, criticaban a Sanko por todo, por como se vestía, la forma de su personalidad, todo. Se prometió a si mismo cambiar la vida de aquella chica tan desafortunada, la haría feliz, aunque para ello tuviera que sacrificar su propia felicidad en pos de cambiar su vida de manera radical, él le enseñaría a amar, de él sólo recibiría cariño y amor, todo lo que sus padres jamás le habían dado.

El año continuó pasando y Tezuka por fin había vuelto a Japón. Todos habían ido a buscarlo al aeropuerto, esperando la llegada pronta del capitán del equipo, quien justo llegaba a la graduación. Oishi no daba más de pura emoción, necesitaba verlo, tenía tanto que contarle, y seguramente, Tezuka también. Por fin, el serio castaño bajó del avión, pero para enorme sorpresa de todos y sobre todo de Oishi, no iba solo. Una chica de cabello castaño y bastante atractivo lo acompañaba y le sonreía.

-¡Hola!- dijeron todos.

-Bien venido Tezuka- dijo Inui, pasando al frente.

-Perdón por la pregunta- dijo Fuji- ¿pero esta chica es tu novia?

Tezuka no dijo nada, dejando que ella hablara por él- si- dijo ella- el gran Tezuka Kunimitsu es mi novio.

Todos se quedaron con la boca abierta, el gran y serio Tezuka había sido conquistado por una chica al fin, quien no era para nada fea.

Oishi en tanto, se sintió tan mal de ver a su amigo con alguien más, que sólo se quedó parado en su misma posición, sin moverse.

-Oishi- dijo Eiji- ¿no vas a pasar a saludar a nuestra distinguida invitada?

La chica sólo se limitó a sonreír, aunque no era tan chica, era unos años mayor que Tezuka y se notaba cierto poder de mando en ella.

-¿Y nos vas a presentar a tu amiga?- dijo Fuji.

-Si- dijo Tezuka- ella es Hanna y entrené con ella un par de meses allá.

-Si- dijo ella- debo decir que Tezuka es realmente bueno en lo que hace, un excelente jugador.

Oishi en tanto, observaba como ella le sonreía de manera descarada. No podía evitar la presión en su pecho, el insistente latir de su corazón, roto en mil pedazos. Sabía que esto alguna vez pasaría, lo sabía, sólo era cuestión de tiempo, era lo más normal, que ambos tuvieran novias, lo que sin duda no lo era, era todo lo que en ese momento sentía. Quiso correr, tan lejos, morir, lo que fuera, todo para no sentir lo que sentía y aprisionaba tan fuertemente todo su ser.

Los días siguientes, fueron los más horribles en la vida del pobre Oishi, ver a Tezuka con esa mujer le hacía terriblemente mal, tanto que apenas podía captar la debida atención en clases, sencillamente no podía, le costaba un trabajo inmenso, y para que hablar del entrenamiento, ya los últimos para ellos. Estaba desconcentrado, tanto que hasta tubo que aguantar un nuevo delicioso jugo de inui, el cual por poco casi lo manda derecho al hospital, mientras Sanko lo miraba desde su posición, aterrada, viendo como el chico pegaba un grito casi macabro y caía al piso sin sentido. Más tarde, despertó en la enfermería, abrió los ojos, pesadamente, esperando ver a Tezuka, pero él no estaba allí, y en cambio, otros ojos le devolvieron la mirada.

-Hola Syuishiro-san- dijo ella, mirándolo con interés- ¿te sientes mejor ahora?

-Si- dijo él- son los jugos de Inui, estoy acostumbrado, no te preocupes.

Sanko pudo percibir la triste mirada que su novio le dirigía y aquello le dolió en el alma- ¿porqué estás tan triste últimamente?, estás ausente, ¿acaso he hecho algo que te haya molestado?

-No- dijo Oishi- no es culpa tuya, no tienes nada que ver en todo esto, sólo soy yo, los estudios, estoy un poco agobiado ya que es mi último año aquí y siento un poco de nostalgia, no quiero irme de aquí.

Sanko pudo ver unas pequeñas lágrimas rodando por la cara del sub. capitán y lo abrazó con fuerza, tratando de calmarlo. Él en tanto, se dejó abrazar por ella, haciendo lo mismo, no pudiendo evitar el quiebre. Ella acarició su cabello y espalda, dándole ligeros golpes en esta.

En ese momento, Tezuka también entraba en el lugar, no había podido ir a ver a Oishi antes, esto de tener novia lo agobiaba demasiado, ya que ella le pedía entrenar y hacer otras cosas. Ya en Estados Unidos le había sugerido la idea de pasar la noche juntos, a lo que él se había negado fuertemente, diciendo que aún no estaba listo, pidiendo un poco más de tiempo. Ella lo había respetado en aquel sentido, sin evitar eso si, una leve presión psicológica sobre él, diciéndole que no eran niños, que como hombre él debía cumplir aquellas cosas, que ella entendía que era su primera vez, pero lo necesitaba para consolidar su relación y que mucho menos le pidiera fidelidad si no era si quiera capaz de satisfacer sus necesidades, lo que Tezuka al fin y al cabo, tampoco exigía, si le era o no fiel, realmente no le interesaba en lo más mínimo, porque desgraciadamente conocía a la perfección su realidad. Lo había notado aquel día, luego del ataque de histeria de Sanko, el dolor de Oishi le había producido tanto daño que esa misma noche lloró por él, si, había llorado, amargamente por su amigo, cosa que él jamás hacía, por nadie. En realidad ella sólo era un escape a sus verdaderos sentimientos, porque sencillamente no lo consentía, no podía ser, no podía sentir algo así, por él, por su amigo, por un chico de su mismo sexo, no podía, simplemente no podía ser. Se había obligado a pensar que no era cierto, que aquello no era real, que quería a Oishi, pero como su mejor amigo y nada más, él era hombre, y por tanto su destino debía ser el estar con una mujer y amarla. Se obligó a si mismo a pensar en Hanna, con toda la fuerza que podía, pero nada daba resultado.

Decidió entrar al fin a la enfermería, y ahí los vio. Estaban allí, abrazados, disfrutando de su amor, ¿cómo podía si quiera romper la felicidad de su amigo por algo que él sentía?, ¿cómo podía ser tan egoísta? Decidió cerrar la puerta y dejarlos solos, dirigiéndose a la cancha.

Los días continuaron, y con ellos, la esperada graduación. Era la última vez que se verían. El típico himno del adiós sonó, llenando los ojos de lágrimas. Oishi y Tezuka no pudieron evitar mirarse por última vez, con gran intensidad, había tanta pasión en su mirada, que nadie habría creído que aquellos chicos sólo eran amigos y que mucho menos, tenían novias. Un apretón de manos y un posterior adiós, puso fin a lo que los 2 compartían y ambos se alejaron del otro con sus respectivas chicas.

Holding you I held everything

ABRAZÁNDOTE, ABRACÉ TODO

For a moment wasn't I the king

POR UN MOMENTO NO FUI UN REY

But if I'd only known how the king would fall

PERO SI TAN SÓLO HUBIESE SABIDO COMO EL REY CAERÍA

Hey who's to say you know I might have changed it all

HEY, QUIEN SABE... TÚ SABES QUE TAL VEZ YO PODRÍA HABERLO CAMBIADO TODO

Luego de aquella noche, todo en su corazón se había revelado, ya no había motivo para aferrarse a esos sentimientos, Oishi había decidido, había optado finalmente por ella, y aquello estaba bien, según lo socialmente correcto, pero no según su corazón. En Estados Unidos la había conocido y le había ofrecido jugar un partido con él, el único problema era el hecho de que ella siempre estaba borracha y parecía enormemente deprimida, y más que sólo eso, frustrada. Un día él se había acercado a ella, viéndola llorando en un rincón, dudó un par de segundos, hasta que finalmente decidió aproximarse a ella.

-Hola- dijo Tezuka, con su ya acostumbrada imagen seria.

-Hola- dijo ella, con la voz pastosa por el grado de alcohol- ¿Qué trae a un chico tan lindo a estar con esta mierda de persona?, que más en cima se emborracha día y noche.

Aquellas palabras tan duras acerca de ella misma, le hicieron recordar a Oishi, era extraño, pero todo en ella le recordaba constantemente su presencia, no se parecían en lo más mínimo, pero el tratarse de esa manera, el siempre subestimarse era una característica típica en Syuishiro. Pensaba en él día y noche, cada vez que tomaba una raqueta de tenis, cada vez que visitaba la biblioteca, la imagen de sus ojos verdes iba a su mente, su cara, su cuerpo, su perfume y su voz, tan suave, tan amable, preocupándose por él, siempre tan dispuesto a ayudarlo siempre. Lo echaba de menos, no sabía que era peor, si estar allá en Japón y tener que verlo con ella, o si estar en Estados Unidos sin él. Todo era un tormento, la lejanía, la distancia de sus amigos, la presión constante a la que estaba sometido. El único consuelo que le quedaba si así podía llamarlo, era la compañía de esa chica.

Un día de tantos, la había visto una vez más, bebiendo hasta quedar casi sin consciencia, y le había ofrecido un par de tragos a él también.

-No gracias- había dicho- yo no bebo, soy un deportista y eso podría jugarme en contra.

-¿Pero alguna vez has bebido?- preguntó ella- ¿y si tan sólo lo pruebas?.

Finalmente había logrado convencerlo y había tomado un poco, pero al cabo de unos tragos, había comenzado a marearse un poco. Su voz sonaba rara, sentía la lengua traposa y la voz pastosa, como si no pudiera pronunciar correctamente. Aprovechando la inexperiencia de su compañero en los tragos, se acercó a él y lo besó con fuerza. Tezuka en tanto, sólo pudo atinar a responder, en su atontamiento, creyó estar con él y la abrazó con fuerza. La acarició y besó con una pasión inimaginable, pensando, soñando o imaginando que aquella mujer era Oishi. Su boca rodó por el cuello de ella, pero en su mente sólo se mantenía la imagen fiel de su amigo, el que desgraciadamente era sólo su amigo y nada más. Ella en tanto, dejó que él se dejara llevar, sintiendo que él rozaba su cuerpo con pasión y lujuria. Tezuka siguió, hasta que aquel nombre se escapó de sus labios y lo volvió a la realidad, bruscamente.

-Oishi- susurró en el oído de ella, mientras caía vencido por el sueño.

Hanna parecía no entender lo que ocurría, pero supuso que estaba demasiado borracho como para hablar algo coherente, luego lo escuchó decir algo sobre un tal Yamato, luego un quejido y luego lo sintió pegar un tremendo salto en la cama. Trató de despertarlo y volverlo a la realidad, pero el muchacho no despertó. Lo dejó dormir y se acomodó al lado de él, sintiendo su calor, viendo su gesto fruncido y tenso, con el seño apretado, como si dentro de sus sueños continuara su lucha.

Tezuka en tanto, al otro día, despertó un poco atontado por el nivel de alcohol. Sentía la fuerte presión en la cabeza, y peor aún, estaba en una cama, con una chica.

-¿Qué?- dijo para sí, mientras ella aún dormía a su lado- ¿acaso hice el amor con ella?

Se llevó una mano a la frente, sintiendo todavía el dolor tan fuerte en la cabeza. Se levantó al fin, sintiendo que toda la habitación daba miles de vueltas, hasta que la chica despertó sin el menor mal estar, todo lo contrario de lo que sentía él.

-¿Qué pasó?- preguntó Tezuka, sintiendo aún el enorme hachazo en la cabeza.

Hanna simplemente le sonrió, acariciando su rostro con cariño- querido, anoche bebiste mucho y caíste dormido en mis brazos, justo a la mitad de lo más interesante, pero tranquilo, que ya lo habrá.

Ella comenzó a rodearlo con los brazos, arrinconándolo contra la pared, buscando sus labios. Se dejó besar por ella, sintiendo sus labios en su boca, tomándolo por la cintura, en besos llenos de pasión y lujuria extrema.

-Oishi- dijo de repente, viendo sus ojos en una rápida imagen.

En un arranque de temor, se separó de ella, tirándose en la cama, mientras ella lo miraba con extrañeza.

-¿Qué sucede?- preguntó con curiosidad.

-Nada- dijo Tezuka- es sólo que…-¿es tu primera vez?- acertó ella- por eso tu gran temor, tranquilo, lo entiendo perfectamente, si quieres, podemos esperar todo lo que quieras, y lo haremos cuando estés preparado.

Se acercó un poco a él, mientras lo rodeaba con los brazos- pero espero ansiosa el momento de tu debut, te prometo, no te vas a arrepentir.

Tezuka sólo pudo esperarla, mareado aún, confundido y desorientado, mientras se acomodaba en la cama, esperando que todo pasara.

Los siguientes días, trató de sobrevivir como pudo, los sentimientos por Oishi se iban de alguna manera, haciendo más soportables, pero mientras ella más se le insinuaba, él parecía amar con más fuerza aún a su compañero. Sus sentimientos parecían traicionarlo a cada momento, se dejaba besar por ella, incluso había aceptado ser su novio, todo para olvidar a Oishi, pero cuando llegaba el momento de relacionarse más íntimamente con ella, se sentía incapaz, no sentía, y ya no podía fingir más, sólo cuando pudo llegar a Japón de alguna manera se sintió mejor, aunque muy dentro lo lamentaba por ella, pues sentía su enorme frustración. Había tomado la decisión de chantajearlo, decirle que iba a andar con otros, incluso le había intentado sacar celos con otros, pero nada resultaba con el joven impenetrable capitán de Seigaku.

Una vez hubo vuelto, supuso que las cosas podrían cambiar, que podría controlar de alguna manera sus sentimientos, pero no podía ya más, y en la graduación todo sería mucho peor.

No sabía si era idea suya, pero ambos se miraban con tanta pasión, tanta que incluso dolía.

But I'd of had to miss the dance

PERO TUVE QUE HABERME PERDIDO EL BAILE

Yes my life is better left to chance

ES MI VIDA, ES MEJOR DEJADA A LA SUERTE

I could have missed the pain

PUDE HABERME PERDIDO EL DOLOR

PERO TUVE QUE HABERME PERDIDO EL BAILE

Por fin la chica había llegado la chica junto a él, con una abultada bolsa. Se acercó a él, sonriéndole con infinito cariño, mientras Oishi la miraba con paciencia.

-Ahora tengo que invitar a los banqueteros, pedir la iglesia, hacer la lista de invitados, las tarjetas de invitación…-tranquila, Sanko-Chan- la abrazó Oishi- tranquila, no tiene que ser algo tan grande, basta con que estén nuestros seres queridos, amigos, padres, y quizás tal vez, algunos profesores….-¡no!- chilló ella, casi como una niñita con pataleta- ¿es que no lo entiendes?, ¡nos casamos!, ¡nuestras vidas van a cambiar!, ¡pero tú pareces no entenderlo aún!.

Oishi suspiró profundo, rodeando los hombros de la chica a su lado, tratando de calmarla, acariciando su cabello.

En ese momento, la imagen de cierto chico de lentes lo sacó de inmediato de todos sus pensamientos, y una vez más, lo dejó, completamente paralizado en su misma posición, mirándolo a través de la coronilla de Sanko. Quiso soltar a la chica, y correr hacia él, pero sus pies se negaron a responder, ya que aquella mujer seguía tan firmemente sujeta del brazo de Tezuka.

Sintió que la farsa de sus sentimientos por Sanko se le salía del pecho, porque no era a ella a quien quería abrazar así, sino a Tezuka.

Por otro lado, Kunimitsu sentía lo mismo, esa chica una vez más estaba cerca de su amigo, abrazada a él. Hizo acopio de toda la fuerza que podía, y se acercó a él, llevando a Hanna del brazo, llevándosela con él.

-Ho…hola, Oishi- la voz pareció apunto de no salir, pero estaban ellas, por lo menos, podría disimular un poco.

-Ho…hola, Tezuka- la voz de Oishi andaba por las mismas- ¿y que haces por aquí?

Bue…bueno- intentó sonar lo más tranquilo y natural que podía, me caso, Tezuka, creí que te lo había dicho…- La tensión parecía pintar el ambiente en los 2 chicos, quienes no hallaban la hora o de salir corriendo a todo lo que les daban los pies, o simplemente dejar ahí a aquellas chicas, y demostrarse su amor de una vez.

-Um…sí, creo que si me lo dijiste.

-Creo que ustedes también deberían Acer lo mismo, Tezuka- dijo Sanko, mientras se aferraba con más fuerza al brazo de Oishhi.

Tezuka sólo permaneció serio, como siempre, mientras Oishi lo miraba con el miedo pintado en la cara.

--De hecho, nosotros también nos casamos- dijo de pronto Hanna, sin dejar de sonreír ni un solo momento.

El corazón de Oishi se contrajo de tal manera, que pareció no poder respirar. Se casaba, él también se casaba con una mujer, con una chica con la que podría formar una familia, no sabía cuanto tiempo iba a poder seguir con la farsa.

Cuando al fin Tezuka y Hanna se fueron, Oishi pudo sentirse un poco más tranquilo, pero no por eso, mejor, de hecho, el peso de aquellas palabras, le inundaban el pecho de puro dolor.

Luego de que al fin pudo deshacerse de Sanko, en su fiesta de soltero, se sintió aliviado, sin tener que fingir más, porque hacerlo delante de sus amigos, los seres que lo conocían de hacía tiempo, sabían perfectamente sus estados de ánimo. Lo más probable, es que Tezuka no iría a esa fiesta, era sencillamente ridículo que él con su carácter tan serio, se viera entusiasmado por esas cosas.

Tezuka en tanto, se hallaba aún en su casa, cuando una llamada de Inui, lo alertó. Le decía que si no iba a la fiesta que ellos habían preparado para él y Oishi, lo iba a someter a sus jugos en el momento menos esperados.

Luego de eso, y una inesperada irrupción en su casa, lo hicieron ir al lugar, luego de la firme amenaza de su querido amigo y ex compañero de tenis.

Por fin, llegó al lugar, y su corazón casi se salió del pecho al verlo justo ahí. Estaba de pie, junto a Kikumaru y Kawamura, mientras los más jóvenes del ex equipo, se acercaban al que una vez, había sido su capitán.

Oishi decidió aproximarse a Tezuka, luego de que todos se hubieron alejado un poco, yéndose a bailar con algunas chicas que había cerca de la barra, dejándolos sin querer, completamente, solos.

-Pensé que no vendrías- dijo de pronto Oishi, cortando el silencio entre ambos- ¿Qué te hizo venir hasta acá?

Tezuka retiró suavemente el baso de sus labios, dejándolo en la mesa- lo mismo pregunto yo, ¿Qué haces tú aquí?

-No, Tezuka, yo pregunté primero- sonrió Oishi. Era extraño, no sabía si porque ya a esas alturas, el trago comenzaba a marearlo un poquito, o por la emoción de estar solo con Tezuka, pero se sentía inmensamente feliz, como hacía mucho no se sentía.

Tezuka en tanto, al ver aquella sonrisa en los labios de Oishi, más su propio mareo etílico, creyó derretirse. Se acercó un poco más a él, agarrando por inercia una de sus manos por debajo de la mesa.

Un exquisito escalofrío rodeó todo el cuerpo del ex sub. Capitán de Seigaku, bloqueando todo lo que pensaba. No podía sentir nada más que la firme mano de Tezuka, su amigo, compañero, su Tezuka, suyo, y de nadie más, porque nadie más tenía derecho a amarlo, nadie tenía derecho a poseerlo, que esa ni se lo pensara dos veces, porque él estaba ahí.

Tezuka en tanto, no podía evitar perderse en aquellas aguas pacíficas, aquel mar verde donde deseaba dejarse caer, besar aquellos labios tiernos y dulces, sentir esas manos cálidas y suaves sobre las suyas, no quería que nunca terminase, que el momento fuera eterno, duradero, para siempre.

Una lejana canción llegó hasta ellos, inundando sus corazones, profundizando aún más su mirada, el aire embriagador de aquella noche, mientras Oishi, tomaba la mano de Tezuka, y lo llevaba hacia otro lugar, un sitio más privado, un refugio para ambos, solos pero juntos

Espero les halla gustado, sobre todo a ti, querido hombre indecente, no pude publicar en la página a, ya que se me hizo imposible, tú sabrás, jejeje.

Esta canción, fue de gran inspiración para el fick, que a todo esto, incluirá tan sólo dos capítulos, no más que eso, ya tengo muchas historias en cima, como pa echarme otro muertito a la espalda.

Eso pos, nos vemos a la ottra, bye!